Concentración de clásicos en Navacerrada
Fui con mi mujer y mi hija pequeña y nos lo pasamos muy bien contemplando las máquinas que hasta allí llegaron. Mi hija mayor no quiere ya ver esas cosas. Las fotos las hizo la pequeña, y no fueron muchas porque nos quedamos sin pilas ¡eso es lo que trae la tecnología moderna! ¡con las cámaras de antes eso no pasaba, bastaba con llevar en el bolsillo varios carretes y a funcionar!
Había mucha variedad de automóviles y mucho público, ya que el sol lucía como en pleno verano, lo que animó a la gente a pasear por aquí.
Vimos a muchos curiosos haciendo fotos y más fotos, y muchas familias con sus hijos, lo cual me agradó mucho. Si los niños aprenden a apreciar lo que tiene de valor histórico el mantenimiento de estas joyas, probablemente no se perderá esta afición.
También me encontré con gente conocida como Néstor, mi vecino, que llevó su SEAT 850, o Carlos, mi mecánico de confianza, que es quien mantiene vivos mis coches cuando yo ya no llego por desconocimiento o por herramientas…